Más vale vivirlo que contarlo: esa es la esencia que hace que el marketing experiencial funcione. En lugar de venderle algo a los consumidores y en lugar de intentar convencerlos de alguna realidad o de algún principio se hace que ellos mismos los descubran viviéndolo.
El marketing experiencial tiene además un mayor potencial en términos de atractivo y cuenta también con un mayor gancho a la hora de lograr que los consumidores compartan esa información. Esto es, es mucho más fácil que los consumidores hablen de la marca y de lo que acaban de vivir en redes sociales o de forma más ‘humana’ con sus amigos y conocidos si viven una de estas experiencias a si simplemente reciben el mensaje en cuestión como un anuncio tradicional. En un mercado en el que a las empresas les cuesta cada vez más llamar la atención de sus consumidores, esto es un activo demasiado valioso como para dejarlo pasar.
Por tanto, no sorprende descubrir que el marketing experiencial tiene cada vez más tirón y que las marcas le dan cada vez más peso en sus presupuestos, siendo ya crucial en todos los terrenos de juego. Las marcas B2C lo estaban empleando ya de una forma notable, pero las marcas B2B también están comenzando a hacerlo.
Los datos del mercado B2B
En el mercado del B2B, los datos son claros: las compañías están apostando cada vez más por este tipo de acciones, como acaba de demostrar un estudio de AgencyEA. Según los datos logrados, el 67% de los responsables de marketing de compañías B2B planean aumentar los presupuestos de marketing experiencial en el próximo año y medio, algo que supera a los datos que se le lograban en el año anterior.
El 92% de los encuestados cree además que unir en el mismo saco eventos y experiencias y darles peso en ventas y marketing se convertirá en clave para que sus campañas sean un éxito, por mucho que probar el ROI de estas acciones sea todavía demasiado difícil.
De forma concreta, los encuestados creen que el presupuesto para marketing experiencial crecerá en un 24% en el período a futuro que el estudio analiza.
Pero, eso sí, como recuerdan en las conclusiones del estudio, no todo el monte es orégano. Para poder lograr resultados no hay que usar esta herramienta de marketing simplemente porque está de moda y tampoco hay que dejarse llevar por lo que están haciendo los demás. Hay que entender qué bienes reportará a la compañía y también quién es el público al que se dirige, para perfilar qué se hace.
No solo business
Pero lo cierto es que el marketing experiencial no solo está creciendo en el mercado business. En el de consumo, donde llevaba ya algún tiempo operando con éxito, también está viendo una tendencia alcista. Un estudio británico, el IPA Bellwether Report, señalaba que en el último trimestre de 2018 los presupuestos en este terreno habían subido en un 5,5% de forma general.
Y todos estos datos vienen muy en línea con lo que los analistas ya llevan señalando desde hace algún tiempo. Un estudio de 2017 ya destacaba el poder de las experiencias: los marketeros apuntaban entonces que esperaban acabar destinando el 50% de sus presupuestos de marketing a la experiencia de marca.
Uno de cada tres CMOs señalaba entonces que iba a acabar destinando entre el 21 y el 50% a acciones experienciales en algún terreno, que ayudarán a conectar con unas audiencias más fraccionadas que nunca y a las que era más complicado llegar. Un 90% de los responsables de marketing creían que las experiencias generaban un engagement más fuerte y una mejor conexión con la marca.